Alejandro Garzón omitió al inicio de su opinión, decir que el gremio que “puso en el tapete la discusión política”, ha sido ATE, el mismo al cual él responde a nivel nacional y su mujer y familia en la provincia.

Fue el único sindicato en Santa Cruz, junto con la ADOSAC, en solventar la lucha sindical del 2006, 2007 y sucesivos años de convulsión social hasta el año 2016/17 cuando, por razones nunca explicadas, pero obvias, ATE se hizo oficialista y un brazo más del Gobierno K.

Pero lo importante de los dichos del funcionario/gremialista, sobre quien en lo personal tengo un gran aprecio, es que cuando afirma que cada seis meses el Gobierno provincial pasa personal del Estado a planta, reconoce implícitamente que a la administración pública provincial ingresan nuevos trabajadores de forma permanente, quienes a los seis meses son confirmados, demostrando la complicidad de Alicia en todas las tramoyas.

El enfoque político que asume Garzón, es el mismo que tiene el kirchnerismo de base y desarrolla en toda su dimensión Alicia Kirchner: el Estado debe regular todo, dar empleo, pagar y ordenar cuánto, cómo y cuándo, decirle a cada uno lo que puede o no hacer, interferir en toda actividad, en la justicia y transformarse en una entidad omnímoda que todo lo ve y controla.