Aseguraron que este presente se debe a que “un grupo de improvisados en el gobierno municipal llevaron al municipio de Las Heras a vivir una realidad impensada”. El municipio más beneficiado del país en cuanto aportes desde Nación vive una crisis humanitaria.

Y manifestaron su preocupación en cuanto a la “inexistente obra pública: solo algunas calles empedradas y baches cubiertos y el proyecto de una plaza a medio terminar y promesas”.

“Los empleados tienen sueldos menores a 10.000 pesos y encima sufren "apretadas" constantes con amenazas de despidos y la no renovación de contratos de personal que supera los 5 años de trabajo y que deberían ser tratados como planta permanente son sujetos a la no renovación de su contrato precario”, agregaron.

Por último, lo tildaron de delirante al asegurar que las diferencias “lo sufren desde una dirigente gremial y ni pensar lo que le toca al trabajador común”. “Carambia con el delirio de ser gobernador desató frentes de conflicto con gremios y con trabajadores como si se tratara de una empresa privada donde está más que acostumbrado con el trato déspota hacia sus empleados”, especificaron.

Lo cierto que este lunes el primer encadenado municipal reclamó, harto de no ser escuchado y a éste se sumaron los beneficiarios del subsidio que Carambia se le ocurrió entregar a gran parte de vecinos desocupados de la localidad. Si renueva los subsidios no puede aumentar los sueldos a los municipales y si aumenta los sueldos municipales no puede renovar los subsidios, esa es la encricijada que deberá enfrentar Carambia, quien planea otro viaje a Buenos Aires. Por lo tanto, el sillón de la calle San Martín está vacío nuevamente y se busca quien lo ocupe.