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Imprudencia

Corazones de piedra: no la atendieron y dejaron morir a dos gemelos que nacieron en el baño del hospital Las Heras

Carolina junto a sus gemelos Mateo y Santino
El descargo por las redes de Miguel Ruiz.

Los profesionales de la salud de Santa Cruz mostraron de qué están hechos. En el hospital distrital Las Heras, Miguel Ruiz junto a su mujer Carolina, se encontraban en la clínica para dar a luz a sus gemelos Mateo y Santino.

Allí, el enojo y la frustración por no ser atendidos desencadenaron un parto horrible y terrible al ver que sus hijos yacían en los brazos de ambos padres, muertos.

Por medio de la red social de Facebook, Ruiz contó en menos de 24 horas dos noticias totalmente distintas, en primera instancia, el cumpleaños de su mujer y en segunda, la terrorífica historia que vivieron en el hospital. En su desgarrador relato, denunció públicamente el accionar de los profesionales de la salud del centro médico: dijo que en la guardia no quisieron atenderla.

“Se me fueron mis dos angelitos. La verdad, este dolor que sentí es inexplicable, escuchar cómo se rompe tu alma en mil pedazos... Es inexplicable todo lo que pasé en este día, lo que sufrimos en este hospital de mierda, porque desgraciadamente el hospital de Las Heras es una mierda”, se descargó Ruiz.

Y comenzó a relatar: “Mi señora estaba sufriendo muchas contracciones desde el jueves -6 de agosto- al mediodía, vinimos más de cinco veces a la guardia para que por favor la pudieran ver y nadie me hizo caso. Para ellos, era una inyección y a la casa mientras ella lloraba de dolor. Nadie quiso atenderla, Nadie nos quiso ayudar”.

El joven se preguntó por qué motivo los médicos “no quisieron actuar como se debe cuando ella tenía un embarazo gemelar”, y por qué razón decidieron enviarla a su hogar “más de tres veces” tras evaluar su estado. “Nadie me lo explica, todos se lavaron las manos. Hasta que mi señora no pudo aguantar más el dolor y rompió bolsa en el baño del hospital”.

“Tuvo el primer bebé mientras yo gritaba para que alguien me ayude y nadie me hacía caso. Vinieron los enfermeros con su gran paciencia a querer hablarle tranquilos cuando ella los estaba pariendo en un inodoro de un hospital público. El segundo bebé estaba de cola y ellos la hicieron parir lo mismo cuando tendrían que haberle hecho una cesárea, ella se terminó desgarrando toda por culpa de estos animales”, continuó Ruiz.

Cuando terminaron de padecer ese hecho, los médicos cuenta Ruíz que “yo estaba con el corazón en la boca ahí afuera queriendo saber de ella y de mis bebés. Ella estaba bien por suerte, pero los bebés eran demasiado prematuros y no pudieron aguantar”.

En su relato, Ruiz también contó que “un generalista que se hace llamar ginecólogo” le dio falsas expectativas en medio de toda la situación. “Me dijo que él pudo reanimar a un bebé y faltaba reanimar el otro para poder derivarlos a Caleta Olivia. En eso yo me armé de mucha fe y felicidad pensado que había esperanza de que mis bebés sean fuertes y pudieran salir adelante. Me tuvieron de acá para allá a las vueltas. Pregunté, recorrí todo el hospital y nadie me decía nada. Hasta que llegó la ginecóloga y me dijo que era todo mentira”.

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