Vidal reconoció que el encuentro fue “tenso”, pero más allá del tono de las discusiones, lo cierto es que no hubo ningún acuerdo entre las partes: ni el Gobierno nacional, ni las cámaras empresarias, ni los gremios involucrados pudieron consensuar una salida. Tampoco desde las provincias, pese a lo que el mandatario intenta instalar públicamente.

“No podemos seguir dilatando decisiones que afectan a cientos de trabajadores”, dijo el gobernador, aunque los hechos muestran que la dilación se sigue extendiendo sin freno.

Desde el entorno de Vidal insisten en que se presentaron propuestas “concretas”, pero la pesca sigue paralizada, y los trabajadores continúan sin certezas mientras las economías regionales tambalean. Incluso con el acompañamiento del gobernador de Chubut, Ignacio Torres, la reunión volvió a naufragar, a la espera de una nueva oferta por parte del sector empresario que recién llegaría mañana.

El gobernador santacruceño volvió a refugiarse en declaraciones altisonantes: habló de diálogo, de justicia, de urgencias. Pero tras varios encuentros, su gestión no ha logrado articular una salida efectiva, ni presionar con resultados tangibles a las partes más renuentes. A esta altura, la falta de decisiones concretas empieza a vaciar de contenido su retórica.